Bisfenol A o BPA
El bisfenol A o BPA es un compuesto presente en plásticos y aditivos de plásticos.
Además, se encuentra en el recubrimiento plástico de latas de refrescos y otras latas alimentarias. Es utilizado desde la década de los 60.
Cada vez más, la evidencia apoya evitar el uso de Bisfenol A: la evidencia científica prueba que su uso puede ser altamente perjudicial.
Agencias de salud y organizaciones han dado la alerta sobre los efectos potenciales sobre el cerebro, próstata, embarazadas y fetos, o niños.
Qué es el BPA
Es un aditivo necesario en la producción de resina epoxi y del plástico policarbonato (PC).
La resina epoxi se utiliza en el recubrimiento interior de latas de comida y bebidas.
También se usa como componente del poliéster y resinas de poliacrilato o como retardante de ignición.

Efectos en la salud, peligros y toxicidad del bisfenol A
El Bisfenol A o BPA está catalogado como “interruptor” (endocrine disruptor) endocrino desde 2002 en Europa.
Un interruptor endocrino es una sustancia que siendo ajena al cuerpo es capaz de alterar el equilibrio hormonal e interrumpir algunos procesos fisiológicos (apagado) o generar respuestas mayores (encendido).
La directiva 67/548/EEC clasifica al bisfenol A como tóxico para reproducción, irritante, perjudicial para el medio ambiente.
La Commission Regulation (EC) no. 790/2009 lo clasifica como tóxico reproductivo, irritante del tracto respiratorio de una única exposición, daño ocular grave, irritante ocular e irritante de la piel.
Efectos del bisfenol A en animales
- Tóxicos a nivel reproductivo, reducción en la producción de esperma y aumento de quistes ováricos.
- Efectos hiperplásicos (cancerígenos) a nivel de mama y endometrio.
- Efectos en el metabolismo.
- Neurogénesis.
- Efectos en el cerebro y comportamiento.
- En el sistema inmunitario.
- En la glándula tiroides.
- Intestino.
- Próstata.
Un estudio realizado en perros demostró que en tan solo dos semanas de consumo de comida en lata se triplicaban los niveles de bisfenol A en sangre.

Qué hacen las autoridades ante el Bisfenol A
La Food and Drug Administration (FDA) en EE.UU. lleva a cabo desde enero de 2010 acciones para reducir la exposición a bisfenol A (BPA).
Desde 2011, las primeras empresas fabricantes de biberones con BPA en EE.UU ya habían dejado de producir muchos o todos los productos con BPA.
El Department of Health and Human Services americano también recomienda reducir la exposición al BPA en productos de alimentación infantil.
En 2011 Canadá prohibió el contenido de policarbonato (PC) en los biberones; el policarbonato (PC) es un plástico que contiene bisfenol A.
Desde 2011 la Agencia Francesa de Alimentación, Medio Ambiente y Seguridad Laboral (ANSES) asegura que existe suficiente información científica para identificar la prevención a la exposición en las poblaciones más susceptibles -niños, bebés, embarazadas y lactantes– y recomienda reducir la exposición a BPA, particularmente en niños y embarazadas y mejorar la información al consumidor indicando adecuadamente qué contenedores de uso alimentario contienen BPA, para evitar que los usen en el calentamiento excesivo de comida.
En diciembre de 2011 la Agencia Europea en Seguridad Alimentaria (EFSA) emitió una declaración en respuesta a los hallazgos previos de la Agencia francesa ANSES; pero no se consideró oportuno modificar la opinión previa publicada el 30 de septiembre de 2010.
En Europa desde junio de 2011 los biberones dejaron de contener policarbonato (PC), un plástico que contiene bisfenol A.
En 2018 un nuevo grupo de trabajo de expertos científicos de la EFSA comenzaron a evaluar los datos toxicológicos recientes sobre el BPA con una evaluación actualizada prevista para 2020 que a puerta de 2022 no se ha producido
La EFSA
La EFSA lleva más de 15 años dando vueltas y largas en la evaluación del riesgo. Mientras, muchos países han tomado medidas por sí mismos.
No cabe duda de que en caso de que fuera un riesgo, sería un escándalo y un problema enorme de distribución de alimentos eliminar el BPA, ya que tanto las botellas de plástico como las latas lo contienen.
Solo cabría volver a usar el vidrio.
Dónde se encuentra el bisfenol A
Hay una inmensa lista de plásticos que usamos a diario.
No obstante, algunos son menos susceptibles de que contaminen nuestro cuerpo, ya que los tocamos más ocasionalmente.
Mientras que otros son mucho más utilizados y susceptibles de entrar en nuestro organismo.
Las principales fuentes identificadas, tanto por su frecuencia de uso como por su contenido, son los productos alimentarios. Pero también los tickets de cajas y cajeros que se imprimen con papel térmico -la mayoría-.
Los siguientes productos PUEDEN contener BPA -incluyendo polímeros, resinas y otros compuestos sintetizados a partir de bisfenol A como policarbonatos-
Se señalan en negrita los potencialmente más dañinos, por poder entrar en contacto directo con mucosas o en el organismo por sí mismos o por los líquidos o ingredientes que contienen o por tocarse prácticamente a diario.
- Discos CD´s, DVD´s Blue ray
- Gafas de cualquier material
- Lentes de objetivo térmicas
- Botellas de plástico
- Biberones
- Latas de conserva
- Amalgamas dentales
- Papel térmico
- Antioxidantes en la producción de neumáticos de automóvil, líquidos de freno y sistemas hidráulicos
- Enchufes, interruptores
- Menaje de cocina de plástico: cuchillos, vasos, platos
- Aparatos médicos: respiradores, incubadoras, aparatos de diálisis, material desechable
- Lentes de contacto
- Cables de fibra óptica
- Espuma de poliuretano
- Pegamentos, resinas, selladores
- Pinturas, barnices, lacas
- Fibra de vidrio
- Fungicidas (No en la UE)
- Cosméticos: barras de labios, maquillaje (No en Francia)
Conclusiones
Las sucesivas decisiones tomadas por diferentes gobiernos, EE.UU, Francia, Canadá hacen pensar que su uso es peligroso y debe evitarse.
Los estudios de la Agencia francesa y sus colaboradores corroboran la toxicidad y peligros del bisfenol.
La retirada de biberones con Bisfenol A de toda Europa en marzo de 2011 no hace más que validar el hecho de que debe ser retirado y prohibido como apto para uso alimentario y hace pensar que su retirada total solo depende de encontrar un sustituto.
Teniendo en cuenta la evidencia actual en animales cabe esperar cuando menos una reacción similar en humanos.
Qué hacer
No consumir refrescos azucarados ni edulcorados artificialmente. Los refrescos deben evitarse por 3 razones:
- Su elevado contenido en azúcares.
- Su contenido en edulcorantes artificiales, que han demostrado modificar y alterar la composición del microbioma.
- Estar forrados de plástico y contener BPA
En la medida de lo posible evitar el consumo de productos enlatados y en caso de abrir una lata que no se consume totalmente, cambiar inmediatamente el contenido a un tarro de cristal.
La mejor forma de reducir la exposición a plásticos es reducir al máximo el uso de productos envasados y optar por productos frescos o envasados en cristal cuando no sea posible.
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