En este artículo trataremos todo lo que debes saber sobre la microbiota intestinal, antes llamada flora intestinal.
Microbiota intestinal
Es la antes denominada flora intestinal y que está compuesta por todos los microorganismos que habitan en nuestro intestino y que colaboran en el correcto funcionamiento del tracto intestinal.
Está formada principalmente por bacterias, pero también incluye virus y hongos. Nuestra microbiota está compuesta por hasta 1000 bacterias diferentes. En función de la composición de las poblaciones y su delicado equilibrio se producen diferentes estados de salud y enfermedades. Cuando están en equilibrio y composición adecuada la microbiota nos proporciona nutrientes y vitaminas que podemos absorber.
La capacidad de la microbiota ha sido subestimada y muy poco estudiada hasta hace muy poco. Es en los últimos 10 y especialmente 5 años cuando se ha desarrollado la tecnología e interés suficiente.
A día de hoy conocemos desequilibrios bacterianos de la microbiota que favorecen el desarrollo de enfermedades como al artritis, alergias, aterosclerosis, síndrome de intestino irritable y otras infecciones, e incluso que favorecen el autismo en niños.
Una microbiota intestinal saludable y equilibrada es fundamental para asegurar una función digestiva adecuada.
Los microorganismos “habitan” en simbiosis en nuestro intestino. Nosotros les proporcionamos calor, casa, alimento y protección. Como huésped la verdad que somos un chollo.
No me cabe duda que si la evolución ha dejado que se queden en nuestro intestino, es por algo. Y es que estos microorganismos son capaces de proporcionar ayuda que podría llegar al sistema neurológico.
La totalidad de microbiota o microorganismos del intestino supone un peso total de 1 a 2 kg en cada individuo, un peso igual al cerebro. Por ello, por su número y conexiones con el resto de células del organismo y sus características, actúan como un órgano adicional.
Las alteraciones en el equilibrio puede afectar a la asimilación de nutrientes o causar reacciones inflamatorias. La diversidad reducida también puede tener efectos negativos en la salud intestinal.
Un test de microbiota adecuado y un Nutricionista especializado en microbiota pueden ofrecerte, sin duda, un tratamiento dietético más exitoso que sin realizar un test.
Datos flipantes sobre nuestra microbiota
Está compuesta por unos 100 billones de microorganismos que incluyen al menos 1.000 especies diferentes de bacterias.
Los genes de la microbiota son 150 veces más que los genes del propio individuo, pero pesando menos de 2 kg.

Microbiota y diversidad de las bacterias intestinales
Hoy sabemos que la base de un buen microbioma es la diversidad.
La diversidad de las bacterias que componen la microbiota es muy importante en cuanto a tres factores:
- diversidad bacteriana
- diversidad genética de las bacterias
- tipo de bacterias predominantes
- índice de disbiosis
Diversidad bacteriana
Para evaluar el grado de diversidad de especies bacterianas se utiliza un índice específico conocido como índice de Shannon. Valores por debajo de 3,5 significan una deficiencia en diversidad y riesgo de disbiosis.
Otra medida importante de la diversidad es el ratio entre Firmicutes y Bacteroidetes, que nos permite ver si están en las proporciones adecuadas y que debe estar entre 1 y 4.
Disbiosis
La disbiosis es un desequilibrio de la población de bacterias y microorganismo intestinales o microbiota intestinal. En las disbiosis, los microorganismos y bacterias “malas” del intestino son más numerosas que las buenas.
Sabemos que en enfermedades intestinales existen disbiosis.
Para tratar la disbiosis o desequilibrio intestinal es necesario cambiar el equilibrio de las bacterias en favor de las positivas, añadiendo las bacterias de menor número.
El test o análisis de la microbiota intestinal permite conocer la población microbiana y si existe disbiosis. Un Nutricionista experto en microbiota y genética puede ayudarte a tratar la disbiosis mediante alimentación y los suplementos microbianos adecuados.
Las principales causas que producen desequilibrio son los antibióticos, hormonas y píldoras anticonceptivas, los edulcorantes artificiales, el exceso de azúcar y de grasas, el estrés y el alcohol.
La quimioterapia, infecciones parasitarias y otras enfermedades intestinales también producen disbiosis.
Los síntomas pueden ser muy variables e incluyen síntomas intestinales, de la piel, inmunológicos y psicológicos. La disbiosis puede producir síntomas intestinales como diarrea, dificultad para perder peso, distensión abdominal, gastroenteritis, mal aliento, inflamación de encías o gingivitis, reflujo gastroesofágico o heces con mucosidad. Pueden producirse afecciones de la piel como el acné, el eccema, y rosácea, trastornos del ánimo con depresión, ansiedad, fatiga crónica, pérdida de concentración, o mayor incidencia de resfriados y de gripe.
Las familias de bacterias intestinales típicas son 4: Actinobacterias, Bacteroides, Firmicutes y Proteobacterias.
Funciones de la microbiota
Las bacterias intestinales tienen muchas funciones aún por descubrir. Pero otras son conocidas desde hace tiempo. Estas son las funciones conocidas:
- Ayudan a terminar la digestión o absorción de ciertos alimentos que el estómago y el intestino delgado no son capaces de digerir o que digieren de forma incompleta.
- Contribuye a la producción de algunas vitaminas del tipo B, vitamina K y ácidos grasos.
- Ayudan a combatir las agresiones de otros microorganismos. La ocupación por una microbiota con bacterias saludables protege de una invasión de microbios patógenos. Desempeña un papel importante en el sistema inmune, actuando como efecto barrera.
El ser humano no puede digerir parte de la fibra. Sin embargo la microbiota si puede y de hecho forma parte de su “alimento” y estimula su crecimiento.
Como resultado del metabolismo se liberan ácidos grasos de cadena corta y otras sustancias con acción antiinflamatoria.
¿Sabías que una dieta rica en verduras y frutas sirve para prevenir el crecimiento de bacterias relacionadas con enfermedad cardiovascular?
Estudios han encontrado que las manzanas, alcachofas, pistachos y almendras, ayudan a aumentar ciertas bifidobacterias que ayudan a prevenir la inflamación intestinal.
Microbiota intestinal y peso
La microbiota intestinal y su relación con el peso es un campo de estudio relativamente nuevo.
Los investigadores encontraron que trasplantar bacterias del intestino de ratones obesos en ratones delgados les causaba obesidad. Aunque no puede extrapolarse a humanos es un estudio bastante interesante.
Más recientemente, se ha descubierto la existencia de grandes diferencias en la microbiota intestinal de delgados y obesos, así como en gemelos. Los obesos tenían diferente microbiota que su gemelo no obeso. La razón todavía se desconoce.
En otro estudio se sugiere que la microbiota puede ayudar a controlar cuándo y cuánto comemos. Encontraron que la microbiota producía hormonas implicadas en la regulación del apetito y descubrieron que esto ocurría a los 20 minutos de haber recibido nutrientes y que cuando se dan a ratones, estos comen menos. En otro estudio, se observó que una bacteria, Dialister, obstaculizaba en cierta forma la pérdida de peso, al observarse en aquellos pacientes que seguían la misma dieta pero tenían una microbiota intestinal con más Dialister. En qué medida afecta al peso sigue siendo un misterio, pero sí se sabe a ciencia cierta que la microbiota afecta al metabolismo.
Se desconoce el patrón de la microbiota intestinal del paciente con sobrepeso u obeso frente al delgado, lo que sí están de acuerdo la mayoría de estudios es en la importancia de la variedad de la microbiota. Cuanto más variedad, mejor.

Tipos de bacterias
Las bacterias poseen diferentes funciones en el organismo según los géneros a los que pertenecen. Las funciones principales de las bacterias intestinales son:
- Función muconutritiva, las bacterias que contribuyen a mantener la integridad de la mucosa que protege la pared intestinal.
- Protectora, lo que puede producir un desequilibrio en la composición de la población bacteriana. Este desequilibrio se conoce como disbiosis intestinal y puede tratarse con los probióticos adecuados.
- Función inmunomoduladora, porque aunque en cantidad baja tienen una función muy importante en la protección y defensas porque estimulan el sistema inmune.
- Función proteolítica, las que ayudan en la digestión de proteínas, lo que favorece la absorción de aminoácidos.
- Bacterias productora de gases, que deben estar en la proporción adecuada.
- Patógenos y bacterias asociadas a enfermedades, cuando bacterias potencialmente patógenas o bacterias en desequilibrio puedan llegar a causar inflamación, malestar o enfermedad. En ocasiones, la presencia de algunas especies patógenas hace recomendable acudir al especialista para revisión.
Bacterias muco nutritivas
Estas bacterias se encargan de mantener la mucosa intestinal en buen estado, lo cual es fundamental para una correcta permeabilidad intestinal o para evitar la adhesión de patógenos.
Las principales representantes de este grupo son Faecalibacterium prausnitzii, Akkermansia muciniphila y bacterias del género Roseburia.
Proporciones bajas de estas bacterias pueden provocar una disminución en la cantidad de mucus y un aumento de la inflamación intestinal y la adhesión de patógenos a la pared intestinal.
Bacterias protectoras
Estas bacterias reducen la posibilidad de que las bacterias patógenas proliferen, al crear una barrera tanto física como inmunológica.
Además, hacen que el pH del intestino sea más ácido, lo que también dificulta el crecimiento de patógenos como Citrobacter rodentium.
Las principales son bacterias de los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium.
Para para mejorar los niveles de Bifidobacterium y Lactobacillus en el microbioma y reducir la inflamación intestinal, puedes tomar un producto como Gasteel Plus, que contiene prebióticos Lactobacillus rhamnosus, Bifidobacterium longum y Bifidobacterium lactis, los fructo oligosacáridos como pro biótico, vitamina D, zinc y selenio, que mejoran los síntomas asociados a inflamación intestinal y protegen la célula y el ADN frente al daño oxidativo.
Se recomienda tomar junto a un plan dietético personalizado y suplementación adecuada durante 2 meses. Consulta a un Dietista Nutricionista especialista en nutrigenética.
Bacterias inmuno moduladoras
Son bacterias que evitan que sustancias potencialmente antigénicas (como muchas de las que encontramos en los alimentos) desencadenen una respuesta del sistema inmune.
La carencia de estas bacterias puede producir una desregulación de la respuesta inmune que se manifieste en forma de alergias, enfermedades autoinmunes o inmunodeficiencias.
Géneros como Enterococcus, Staphylococcus, Escherichia y algunas especies del género Bacteroides participan en la maduración del sistema inmune.
Bacterias proteolíticas
Bacterias del género Clostridium y enterobacterias como Escherichia coli son las principales.
Se comportan como patógenos facultativos, conviven como comensales sin producir daño… hasta que lo hacen.
Estas bacterias modifican el pH intestinal y la permeabilidad intestinal favoreciendo la colonización por parte de otros patógenos. También degradan proteínas produciendo sustancias tóxicas como las aminas, los indoles o los fenoles.
Además de dificultar el crecimiento de bacterias con función protectora en la mucosa intestinal, pueden producir una intoxicación si se absorben sustancias tóxicas en grandes cantidades.
Bacterias productoras de gases
Una de las principales consecuencias del metabolismo de determinadas bacterias es la producción de gases. Se estima que el 40 % de los gases generados en el estómago es hidrógeno producido casi exclusivamente por las bacterias.
Curiosamente, la mayor parte del hidrógeno que producen nuestras bacterias en el estómago, es absorbido por otras bacterias como nutriente en el intestino. Por ello es importante mantener un equilibrio entre
bacterias que producen hidrógeno y las que lo consumen, para evitar la sobreproducción de gases.
Además, el hidrógeno se puede obtener por degradación de sustancias muy diferentes, pero no siempre de forma igual de beneficiosa.
Patógenos intestinales
Los patógenos intestinales son bacterias que pueden causar enfermedades.
La infección alimentaria ocurre por la ingesta de alimentos -o agua- en mal estado. Normalmente son de origen vírico o bacteriano -también parasitario-.
Algunas bacterias están asociadas a complicaciones gastrointestinales como la diarrea, la gastroenteritis, la
disentería, la intoxicación alimentaria y otras afecciones.
La detección de alguno de los siguientes microorganismos en la microbiota del paciente necesita de supervisión y seguimiento médico que podría incluir antibióticos y otros fármacos.
Campylobacter sp.
Ciertas cepas del género Campylobacter pueden causar gastroenteritis y promover la diarrea, cólicos, vómitos y fiebre. Se transmite principalmente con la ingesta de carne de ave de corral y leche contaminada.
Clostridium difficile
C. difficile está asociada con infecciones nosocomiales o intrahospitalarias. Ciertas cepas promueven un tipo de diarrea asociada con la toma de antibióticos.
Escherichia coli
E. coli se trasmite con la ingesta de agua o alimentos contaminados con heces.
Ciertas cepas producen toxinas que causan infecciones gastrointestinales, dando lugar a la diarrea del viajero.
Helicobacter pylori
Helicobacter pylori se ha asociado con la gastritis y con el desarrollo de úlceras gástricas y duodenales.
Salmonella sp.
El género Salmonella se puede encontrar en alimentos contaminados, como carne cruda, huevo, marisco y ciertos productos lácteos. Algunas cepas de este género se han relacionado con la fiebre tifoidea y gastroenteritis.
Shigella sp.
El género Shigella se puede trasmitir por ingerir agua o alimentos contaminados. Ciertas cepas de esta especie pueden desencadenar shigelosis, caracterizada por producir diarrea y disentería.
Staphylococcus aureus
El género Staphylococcus es propio del microbioma de la piel. No obstante, ciertas cepas de la especie S. aureus están asociadas con intoxicación alimentaria.
Yersinia enterocolitica
La Yersinia enterocolitica se puede adquirir por tomar alimentos crudos contaminados, causando diarrea y dolor abdominal.
Bacterias patógenas asociadas a enfermedades
Existen especies de bacterias que han sido observadas en mayor proporción en pacientes que sufren una enfermedad determinada en comparación con los pacientes sanos. La presencia de estas bacterias en la microbiota no asegura que se padezca la enfermedad, pero puede ser indicativo de algún proceso.
El conocimiento mediante un test o prueba de ADN de la predisposición genética a ciertas enfermedades, permite una información muy útil y necesaria del individuo.
Si a esto se añade un test de microbiota intestinal se puede obtener un cuadro completo del individuo.
Todo esto puede a ayudar a prevenir la enfermedad con predisposición tratando adecuadamente los desequilibrios bacterianos de su microbioma.
Prevotella copri
Aunque P. copri es una bacteria habitual en el microbioma intestinal y suele estar asociada a una alimentación saludable y rica en fibra, existen estudios que relacionan el aumento de ciertas cepas de P. copri con la artritis reumatoide (Pianta et al., 2017; Zhao et al., 2018).
Collinsella aerofaciens
El incremento de la especie C. aerofaciens en el microbioma intestinal se ha asociado con la enfermedad de la arteria coronaria y con la aterosclerosis (Liu et al. 2019).
Bacteroides vulgatus
Bacteroides vulgatus tiene una gran capacidad de degradar pectina, un atributo altamente beneficioso, pero también podría estar relacionada con el desarrollo de la colitis ulcerosa y disbiosis (Cuív et al., 2017; Vidal et al., 2015;Noor et al., 2010).
Bacteroides stercoris
Bacteroides stercoris forma parte del grupo Bacteroides fragilis y puede causar diversas infecciones (Rodríguez et al., 2006).
Ruminococcus torques
La especie Ruminococcus torques secreta glucosidasas que permite degradar la mucina de la mucosa gastrointestinal. Por este motivo, disminuye la integridad de la barrera intestinal (Brahe et al., 2015).
Varios estudios relacionan esta especie con el síndrome de intestino irritable (Malinen et al., 2010; RajilićStojanović and de Vos, 2014; Brahe et al., 2015).
Niveles elevados de Ruminococcus torques están relacionados con el trastorno del espectro autista en niños (Wang et al., 2013).
Tipos personas según su microbioma
A pesar de la gran diversidad individual, podemos clasificar a las personas por la composición de su microbiota en 3 grandes tipos o enterotipos.
- El grupo 1 estaría representado por personas con gran cantidad de Bacteroides.
- En el grupo 2 predominan las bacterias Prevotella.
- En el grupo 3 predominan las bacterias del género Ruminococcus o del filo Firmicutes.

Que daña la microbiota intestinal
La microbiota puede verse afectada por muchas causas. Al fin y al cabo viven en nuestro cuerpo y es “su casa”. Si comemos mal los microorganismos intestinales son los primeros en saberlo porque viven en el intestino. Y son los primeros afectados. Lo positivo es que al comer bien también son los primeros en saberlo.
Las principales causas de daño son:
- falta de nutrientes, principalmente falta de fibra.
- uso abusivo de antibióticos, que elimina parte de la microbiota.
- estrés.
- alimentos como el azúcar, edulcorantes artificiales, etc.
Síntomas de daño en la microbiota
Los síntomas de que hemos dañado el equilibrio de los microorganismo intestinales, pueden ser múltiples. Aunque la microbiota se dañe al momento, normalmente suelen tardar varios meses en presentarse síntomas o diferencias. A veces se da cuenta que meses atrás las heces eran diferentes.
Otras veces son síntomas que pueden no significar nada, por lo que es normal que nadie les preste atención. Y en algunos casos se debe a enfermedades que se tratan pero sin cuidar la recuperación de los microorganismos.
Estos son algunos de ellos:
- Hinchazón estomacal y abdominal
- Períodos de estreñimiento y diarrea alternos
- Heces malolientes
- Cólicos o dolor abdominal
No quiere decir que padecer estos síntomas sea por daño de la microbiota. Pero sí que es muy posible que esté dañada.
Consejos para recuperar y mantener la microbiota intestinal
Ahora ya sabemos que debemos cuidar la microbiota para tener una buena salud. ¿Cómo lo hacemos?
Pues con estos consejos para recuperar y mantener la microbiota intestinal.
- Consume una dieta rica en fibra, procedente de frutas, verduras, cereales enteros o integrales y legumbres.
- Elimina el consumo de edulcorantes artificiales de todo tipo. Se encuentran en casi la totalidad de bebidas, lácteos, alimentos azucarados y sin azúcar y suplementos dietéticos.
- Reduce el consumo de grasas saturadas y azúcares. Ambos alteran seriamente los microorganismos.
- Evita el consumo de alcohol -especialmente las diferentes del vino y cerveza-. Consume un máximo de 3 copas de vino -de 125 ml- o 3 cervezas semanales -de 200ml-.
- Bebe agua en cantidad suficiente.
- Elimina de tu dieta las bebidas con gas.
- No uses laxantes de ningún tipo.
Probióticos para cuidar la microbiota
También existen probióticos que pueden ayudar a recuperar la salud de nuestra microbiota intestinal.
Entre los montones de opciones disponibles a la venta, quiero destacar estos dos: El de Probiolac es posiblemente el más completo y potente. Contiene 30 especies diferentes de lactobacterias y bifidobacterias en una cantidad de 120.000 millones de UFC. Es decir, 12 veces más de lo que contiene un Actimel.
Este otro además contiene inulina, que actúa como prebiótico (ya sabes, “alimento especial para la microbiota”). Es orgánico y apto para veganos. Y además contiene zinc, lo que es muy útil porque el 83% de la población española tiene una ingesta deficiente:
Tests de microbiota
Los test de microbiota, en manos de un Nutricionista especialista en microbiota, permiten conocer una información extremadamente valiosa. Gracias a ella se pueden detectar desequilibrios intestinales que pueden ser causa de múltiples enfermedades.
Restaurar este equilibrio de las bacterias intestinales es urgente y necesario para permitir que otros problemas de salud desaparezcan o evitar que se produzcan.
Para quién están indicados
Recomendamos que cualquier persona se haga un test de su microbiota.
Pero está especialmente recomendado a cualquier persona con enfermedades, por ejemplo:
- personas con sobrepeso y obesidad. Algunos estudios científicos señalan que las personas en que los firmicutes predominan, es más probable que padezcan sobrepeso que los que tienen más bacteroidetes en su intestino.
- alergias alimentarias u otras alergias.
- enfermedades intestinales: enfermedades inflamatorias, diarrea, Crohn, intolerancia al gluten, etc.
- personas con trastornos psicológicos y/o del comportamiento, depresión, autismo, etc.
- enfermos con repetidos catarros y gripes.
El descubrimiento de problemas en el microbioma del individuo permite su adecuado tratamiento.
Puedes adquirir tu test de microbiota en la web de El Dietista Online.
Esperamos haberte ayudado a comprender lo complejo de la microbiota.
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