La glucosamina es uno de los suplementos dietéticos más conocidos y usados. Tanto médicos como otros profesionales de la salud la recomiendan para el tratamiento de patologías relacionadas con las articulaciones.
¿Qué hay de cierto? ¿Es eficaz para las articulaciones?
Glucosamina y articulaciones
La glucosamina y la condroitina son componentes naturales presentes en el cartílago. Se dice es eficaz en el tratamiento de enfermedades de las articulaciones, artritis, osteoartritis y otras enfermedades óseas.
Muchas veces es recomendado por especialistas en medicina deportiva con estos fines. También se le atribuyen propiedades para mantener el colágeno de la piel, los ligamentos o tendones.
Qué es
Es una sustancia presente de forma natural en el líquido que rodea las articulaciones y que el cuerpo utiliza para elaborar otras sustancias. Es un precursor en la síntesis de proteínas y lípidos.
Por ello se piensa que un aporte extra puede mejorar la regeneración del cartílago, el dolor, contribuir a la protección del cartílago articular expuesto a una excesiva fricción, movimiento o carga, y ayudar a mejorar el margen de movimiento en las articulaciones.
La mayoría de los estudios realizados y la sustancia más conocida se ha centrado en el sulfato sódico, aunque también se comercializa como sulfato de glucosamina.
Supuestos efectos
Entre las propiedades que se le atribuye a la glucosamina destacan:
- Prevención de dolores articulares provocados por la artrosis.
- Tratamiento de la osteoartritis.
- Mantener el colágeno de la piel, cartílagos, tendones.
- Para la pérdida de peso.
- Glaucoma ocular.
Efectos y evidencia actual
La European Food Safety Authority EFSA elaboró un documento en 2011 en el que se ofrece la opinión científica sobre la glucosamina y el mantenimiento de las articulaciones.
Las conclusiones de los estudios aportados revelan que de la evidencia actual no pueden obtenerse conclusiones científicas que sostengan la alegación de mantenimiento de las articulaciones en personas sanas que se vean expuestas a cargas excesivas en sus articulaciones y que no puede establecerse una causa-efecto entre el consumo de glucosamina y el mantenimiento de las articulaciones.
No hay evidencia clara de que ayude en el tratamiento del dolor de osteoartritis de rodilla y los principales estudios sobre su efecto muestran resultados conflictivos entre sí.
Los expertos tampoco se ponen de acuerdo si el uso de glucosamina y condroitina puede ayudar en la osteoartritis de rodilla ni cadera.
Sin embargo el American College of Rheumatology ha recomendado que la gente con osteoartritis de rodilla o cadera no consuman glucosamina ni condroitina
También hay estudios del efecto de la glucosamina o la condroitina en las articulaciones. Algunos encontraron evidencia de que la condroitina podría ayudar, pero las mejoras también serían muy pequeñas para notar diferencia.
Hay muy poca evidencia de que la glucosamina tenga efecto beneficioso en la articulación.
La combinación con sulfato de condroitina o cartílago de tiburón no ha demostrado ningún efecto.
Los resultados de las investigaciones sugieren que la condroitina no es útil para el tratamiento del dolor causado por osteoartritis de rodilla o cadera.
Tampoco hay evidencia de que aplicada en cremas pueda ser absorbida por la piel.
Sin embargo se comercializa como fármaco, con conocimiento de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
Los fármacos, al contrario que suplementos, son sustancias que han probado su eficacia tras estudios perfectamente validados. Siguen una legislación diferente y increíblemente estricta.
Efectos adversos
Una de las principales fuentes de glucosamina son los caparazones de crustáceos.
Esto impide su ingesta en personas alérgicas y puede producir episodios de alergia en personas que lo desconocían.
Podría modificar la forma en que el organismo utiliza el azúcar, especialmente si padece diabetes o resistencia a la insulina.
Interacciona con anticoagulantes de warfarina, lo cual debe tenerse en cuenta en pacientes que la consuman.
Suplementos de glucosamina
La que se utiliza en los suplementos dietéticos puede provenir de las conchas de crustáceos (cangrejo, gamba, langosta, etc.), aunque también puede sintetizarse en el laboratorio.
Los suplementos dietéticos que la contienen suelen incluir además otras sustancias como sulfato de condroitina o cartílago de tiburón.
Se han descrito innummerables errores de etiquetado en este tipo de productos.
También se comercializan cremas con glucosamina.
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